PROLOGO A LA EDICION DE ORGANO
Prologue to the Organ Edition – scroll down for English
La música sacra es diferente a cualquier otro tipo de música. Se basa en el significado de las palabras habladas y cantadas en la iglesia. Y sí, incluso una pieza de órgano sin letra tiene que mantenerse dentro del estilo de la música de iglesia.
La música secular se basa en ritmos musicales, patrones de ritmos fuertes y débiles que son las formas de danza que han evolucionado desde la época medieval hasta las danzas de hoy. La música que cantamos y tocamos en la iglesia no debe recordar a las formas de danza, sino que debe reflejar la naturaleza solemne de la liturgia de la iglesia. Solo existen unos pocos acompañamientos impresos para algunos de estos himnos y la mayoría no fueron escritos para la iglesia y el órgano sino para cantar en casa alrededor de un piano, lo cual tiene sentido ya que no se permitía cantar himnos que no estaban en latín durante la Misa. Más bien, estos himnos fueron escritos para enseñar y reforzar la fe, lo que los convirtió en las herramientas para los maestros en el salón de clases, en los servicios de oración de la Iglesia y para la formación de la fe en el hogar.
Para ir al grano, cuando una banda marcha durante una procesión fuera de la iglesia, se usan tambores y címbalos para que la gente cante al compás y juntos. En el momento en que la gente ingresa a la iglesia, el órgano toma el relevo tocando en un estilo simple y solemne acorde con las palabras que se cantan.Estos acompañamientos se compusieron para adaptarse al estado de ánimo de las palabras que se cantaban. Requieren una base firme, no el duro rasgueo y el golpeteo de la batería, sino armonías que muevan la música
******
Sacred music is different from any other kind of music. It is based on the meaning of the words spoken and sung in the church. And yes, even an organ piece without words has to stay within the style of church music. Secular music is based upon musical rhythms, patterns of strong and weak beats that are the dance forms that have evolved from medieval times into the dances of today. The music we sing and play in the church must not bring to mind dance forms but instead must reflect the solemn nature of the liturgy of the church. There are but a few printed accompaniments that exist for some of these hymns and most were not written for the church and the organ but for singing at home around a piano, which makes sense as hymns not in Latin were not permitted to be sung during Mass.
Rather, these hymns were written to teach and reinforce the Faith, which made them tools of teachers in classrooms and prayer services of the Church and for Faith formation in the home. To get to the point, when a band marches during a procession outside of the church, they use drums and cymbals to keep the people singing on time and together. The moment the people enter the church, the organ takes over playing in a simple and solemn style befitting the words being sung.
These accompaniments were composed to fit the mood of the words being sung. They require a firm foundation, not the hard strumming and pounding on drums, but have their own harmonies that move the music.